“Las pretensiones son inversamente proporcionales a tu autenticidad y a tu éxito”
Cuando dos fans de Pearl Jam observan el ir y venir de acaudalados extranjeros de un hotel de cuatro estrellas del centro de Barcelona, al último que esperan ver aparecer por la puerta es a Paco Pérez Bryan. Quizá sea por eso que, tras dejar un mínimo equipaje y despojarse de su chaqueta, el ahora ex director de Los conciertos de Radio 3 prefiere abandonar la suntuosidad del hotel para instalarse en una terraza del Paseo de Gracia. Allí, entre bocado de pà amb tomàquet y trago de cerveza, Paco nos regala dos horas de anécdotas e historia del rock.
¿Cuál crees que ha sido la mejor época de Pearl Jam?
Como los tres primeros discos, nada. Venía pensando en el avión qué discos me gustan realmente de Pearl Jam y son los tres primeros. Puedo coger una canción del Yield, otra del otro pero... El Versus, por ejemplo, era impresionante.
En esa época los vi en directo. Me fui a verlos a Seattle, de un día para otro. A mí ya me gustaban de la hostia. Había entrevistado a Jeff Ament por teléfono y ya había destrozado el primer y segundo disco. Pero el concierto aquel en el Palacio de Deportes que hay al lado del Space Needle... Me acuerdo que fue un coñazo porque nos cachearon, nos volvieron locos, tardamos muchísimo en entrar... pero el concierto fue... Me acuerdo de un detalle. En la última canción, Eddie empezó a darle hostias al escenario con el pie de micro e hizo un boquete al escenario de la hostia. Y dije yo «aquí ni bises ni nada, con ese pedazo de boquete». Y se piraron. Y la peña: «otra, otra». Y para los bises salieron por el boquete que habían hecho. Aquello se venía abajo. Empezaron a tocar y, mientras, 3 o 4 currantes clavando en el escenario. En esa época eran muy buenos.
Pero esa no fue la única vez que los viste en directo lejos de España.
Luego los vi en Hawai, en Maui, en la presentación del Yield. Yo creo que ellos viven allí, al menos alguno de ellos. Los vi dos días. El primero, los vi como cortados. Me gustó mucho, eso sí, pero el segundo fue... la hostia. Además era un sitio muy bonito.
Que además estaba lleno de familiares y amigos suyos.
Siempre me ha llamado la atención eso de Pearl Jam. En el día de Seattle me llamó la atención cómo en el escenario tenían en los lados a doscientas personas. Normalmente, tienes la mesa de monitores y a los tres pipas pendientes que si al guitarra se le rompe un cable, que si hay que afinarle una guitarra... Éstos tenían a doscientos que se veía que eran colegas. En América lo de vender tickets va por lo serio, es decir, que si caben ocho mil se venden ocho mil. No como aquí, que caben tres mil, hay siete mil pero meten a catorce mil. Y si lo ves, lo ves. En cambio, allí se conoce que cuando se acaban los tickets pues, bueno, al escenario.
¿Qué tal la experiencia en Hawai?
Con Eddie tuve un encuentro brutal. Y me sorprendió lo jovencillo que era. Además hay una anécdota con Joaquín Luqui. El día que estaba allí, cuando vio a Eddie Vedder, se salía del pellejo, estaba como un adolescente de catorce años. Eddie Vedder iba saludando a la gente y nosotros, los tres españolitos, estábamos allí con la chica de la compañía de discos para decirle a Eddie que habíamos venido de España, etc. Yo para eso soy un poco tímido. Además, si veo que el tío está muy liado, paso. Pero el Luqui pegó un salto, se le plantó delante y le dijo: «Eddie, el próximo single va a ser no sé qué». Se lo dijo en un inglés que vete tú a saber cómo se lo dijo, y el otro, de momento, dio un salto de un metro para atrás. Pero pasó una cosa que siempre compruebo con Joaquín, que a los dos minutos el Eddie estaba encantado de estar con él porque ven que es un tío tan fan que al artista le mola.
Aquel día, estábamos también en el backstage, y estaba mirando a un tío y pensaba «coño, cómo me suena el careto ese». El tío me miraba y hacía un amago de saludarme... pero yo soy nefasto para las caras. Y era Chris Cornell, que incluso lo había entrevistado en Londres. Pues ya no lo conocía.
¿Y cómo es Chris Cornell?
Es un tío muy auténtico.
Trabajando en este mundillo te debes llevar muchas decepciones.
Yo hace tiempo que no admiro a cualquiera. Cuando ves a uno que va sobrado de ego, a mí personalmente me cuesta mucho trabajo creérmelo. Sé que no es verdad, sé que no es auténtico. Sé lo fácil que es tirarte el rollo y salir en la foto. Cuando ves a gente de esa que va de macrostar... Y he conocido a muchos, millones en el rock n’roll, a patadas. He conocido a algunos que son más folclóricos que la Rocío Jurado.
¿Qué opinas sobre grupos como Melon Diesel, que dicen estar influidos por Pearl Jam?
Melon Diesel son una copia tan cutre, tan ridícula... Yo siempre he dicho que debería haber una policía musical, que pidiera el carnet de identidad y dijera «está usted detenido por plagiar sin gracia».
¿Y respecto a los grupos que acaban vendiéndose?
Es muy difícil mantener el tipo comercial. Es mucho más fácil vender 3 mil discos y cantar un día una cosa y otro día otra.
En ese sentido, ¿qué papel juegan las emisoras comerciales?
La MTV es una empresa americana que ahora mismo lo que quiere es engañar a la gente joven, intentando que sean muy modernos y enrollados y vendiéndoles entre vídeo y vídeo el nuevo de Enrique Iglesias. Es algo ilegal. A la gente joven la vienen engañando todos los medios de comunicación desde hace muchísimo tiempo.
Me creo más los 40 Principales que la MTV porque ellos reconocen que van de lo que van, una radio adolescente y comercial. No engañan. En cambio, la MTV va de enrollada, de ser hippy de fin de semana y luego te mete en medio el anuncio de Kylie Minogue o de Enrique Iglesias. Hace 10 o 15 años sí que era una alternativa.
¿No se podrían considerar un engaño las listas de los 40 Principales?
Yo soy un tío que defiendo mucho los 40 Principales porque me parecen mucho más honestos que otros. En sus listas de éxitos, ellos realmente no hablan de ventas.
Yo os aseguro que si Pearl Jam sacan mañana un disco y le gusta a todo el mundo y es muy comercial, aunque el grupo no quiera, a éstos les va a interesar y será número 1 de los 40 Principales. Luego habrá el típico tarado que dice «pues como es número 1 de los 40 Principales ya no me gusta». Pues es tonto porque a lo mejor son igual de buenos que cuando no lo eran.
Volviendo a Pearl Jam, ¿quién crees que manda en el grupo?
Musicalmente, uno de los guitarras, Gossard. Aunque es difícil de decir, Jeff también podría ser. Pero luego el que da el careto es Eddie, es el que le gusta a las chicas. Porque quieras que no, en el pop hay esa connotación. Hay un tío que da el careto más que los demás. Y luego es un excelente cantante. Es muy difícil cantar rock con pasión y cantar bien. Es lo mas difícil. La verdad es que a mí, como banda de rock, Pearl Jam me parece una de las 4 bandas de los 90 con Soundgarden, Nirvana, Nine Inch Nails, tal vez también Smashing Pumpkins...
Por cierto, ¿que te pasó con Smashing Pumpkins en la época del Melon Collie?
Yo me lo estaba peleando lo de Smashing Pumpkins desde el principio. El tío de la compañía de discos en España era además amigo mío. Y cuando vinieron para lo de Melon Collie, como había sido su mayor éxito comercial, las compañías y las radios comerciales quisieron coger parte del pastel. Y yo le dije a mi amigo: «tío, ahora no me lo puedes quitar a mí y quiero que vayan a mi programa a tocar [por entonces, Paco Pérez Brián presentaba en Radio 3 el programa De 4 a 3], que es donde están los fans». Pero ganó el negocio. Luego, tres años después, vinieron a Los Conciertos de Radio 3.
¿Qué te parecería que Pearl Jam actuaran en tu programa?
Ya quisiera llevar a Pearl Jam a Los conciertos de Radio 3. Y si no van es porque no los puedo llevar, sinó ya los llevaría. Que si tengo que poner dinero de mi bolsillo, lo pongo.
La verdad es que el mundo de la música parece apasionante.
Cuando estás cerca de las verdaderas estrellas mola mucho. Lo malo es que estas bandas se van apagando. Menos los Rolling Stones. Cuando me deprimo me voy a ver a los Rolling. Y dices «no puede ser, y éstos todavía existen». Y tocan mejor que nadie. Son geniales.
Hay una ley que dice «las pretensiones son inversamente proporcionales a tu autenticidad y a tu éxito». Lo leí un día de un filósofo americano.
Si te fijas, los Stones ni han cantado con Pavarotti, ni han hecho conciertos benéficos, ni han dado el 0,7%.
Ahí Pearl Jam tienen una faceta muy importante.
Yo creo que ellos sólo se equivocaron cuando empezaron a decir que no hacían vídeos. Ahí se les fue la pelota. Es como Manu Chao. No puedes ir de freaky antiglobalización cuando encima de tu cabeza tienes 18 Varilights que están hechas en EEUU y que alquilar cada una vale trescientos papeles. No puedes estar engañando a los catorce mil que tienes allí abajo.
Me pareció poco oportuno y hay que tener cuidado. Si estás en una compañía como Epic y tú estás haciendo marketing de que no haces vídeos, es lo mismo, estás haciendo marketing igualmente.
En esa línea, ¿qué opinas de su polémica con Ticketmaster?
Ahí fue donde más se equivocaron. Si eres inteligente, si haces doce canciones buenas y le gustas en España a medio millón de personas que te compran el disco, puedes ir a luchar contra los 40 principales, pero ¿qué haces luchando contra eso?
Casi es mejor hacer una canción irónica que la gente la pueda captar.
Y realmente el tío llevaba razón con lo de Ticketmaster, son unos ladrones. Pero hacer marketing de eso... Pero me gustaban tanto musicalmente que eso se lo perdonaba.
¿Nunca has tenido problemas con las discográficas por poner grabaciones no autorizadas?
Sólo una vez, hace muchos años. Supertramp eran un grupo muy de moda, muy moderno, era lo más de aquella época. Yo pillé el disco. Y por la radio dije: «mañana lo pongo». Y me llamó el tío de la discográfica diciendo: «Paco, como lo pongas mañana, me haces una putada». Y al día siguiente, empecé el programa y se lo puse. Y me tuvieron cortado el saludo un año.
¿Te consideras un tío radical?
Soy bastante radical. En otras cosas no, pero en la música sí. Además tengo un problema, que de la música española no me gusta casi nada. Soporto muy pocas cosas porque no me creo casi nada. Por ejemplo, Dover son una buena banda de rock, pero lo que hacen es copiar.
Cuando dos fans de Pearl Jam observan el ir y venir de acaudalados extranjeros de un hotel de cuatro estrellas del centro de Barcelona, al último que esperan ver aparecer por la puerta es a Paco Pérez Bryan. Quizá sea por eso que, tras dejar un mínimo equipaje y despojarse de su chaqueta, el ahora ex director de Los conciertos de Radio 3 prefiere abandonar la suntuosidad del hotel para instalarse en una terraza del Paseo de Gracia. Allí, entre bocado de pà amb tomàquet y trago de cerveza, Paco nos regala dos horas de anécdotas e historia del rock.
¿Cuál crees que ha sido la mejor época de Pearl Jam?
Como los tres primeros discos, nada. Venía pensando en el avión qué discos me gustan realmente de Pearl Jam y son los tres primeros. Puedo coger una canción del Yield, otra del otro pero... El Versus, por ejemplo, era impresionante.
En esa época los vi en directo. Me fui a verlos a Seattle, de un día para otro. A mí ya me gustaban de la hostia. Había entrevistado a Jeff Ament por teléfono y ya había destrozado el primer y segundo disco. Pero el concierto aquel en el Palacio de Deportes que hay al lado del Space Needle... Me acuerdo que fue un coñazo porque nos cachearon, nos volvieron locos, tardamos muchísimo en entrar... pero el concierto fue... Me acuerdo de un detalle. En la última canción, Eddie empezó a darle hostias al escenario con el pie de micro e hizo un boquete al escenario de la hostia. Y dije yo «aquí ni bises ni nada, con ese pedazo de boquete». Y se piraron. Y la peña: «otra, otra». Y para los bises salieron por el boquete que habían hecho. Aquello se venía abajo. Empezaron a tocar y, mientras, 3 o 4 currantes clavando en el escenario. En esa época eran muy buenos.
Pero esa no fue la única vez que los viste en directo lejos de España.
Luego los vi en Hawai, en Maui, en la presentación del Yield. Yo creo que ellos viven allí, al menos alguno de ellos. Los vi dos días. El primero, los vi como cortados. Me gustó mucho, eso sí, pero el segundo fue... la hostia. Además era un sitio muy bonito.
Que además estaba lleno de familiares y amigos suyos.
Siempre me ha llamado la atención eso de Pearl Jam. En el día de Seattle me llamó la atención cómo en el escenario tenían en los lados a doscientas personas. Normalmente, tienes la mesa de monitores y a los tres pipas pendientes que si al guitarra se le rompe un cable, que si hay que afinarle una guitarra... Éstos tenían a doscientos que se veía que eran colegas. En América lo de vender tickets va por lo serio, es decir, que si caben ocho mil se venden ocho mil. No como aquí, que caben tres mil, hay siete mil pero meten a catorce mil. Y si lo ves, lo ves. En cambio, allí se conoce que cuando se acaban los tickets pues, bueno, al escenario.
¿Qué tal la experiencia en Hawai?
Con Eddie tuve un encuentro brutal. Y me sorprendió lo jovencillo que era. Además hay una anécdota con Joaquín Luqui. El día que estaba allí, cuando vio a Eddie Vedder, se salía del pellejo, estaba como un adolescente de catorce años. Eddie Vedder iba saludando a la gente y nosotros, los tres españolitos, estábamos allí con la chica de la compañía de discos para decirle a Eddie que habíamos venido de España, etc. Yo para eso soy un poco tímido. Además, si veo que el tío está muy liado, paso. Pero el Luqui pegó un salto, se le plantó delante y le dijo: «Eddie, el próximo single va a ser no sé qué». Se lo dijo en un inglés que vete tú a saber cómo se lo dijo, y el otro, de momento, dio un salto de un metro para atrás. Pero pasó una cosa que siempre compruebo con Joaquín, que a los dos minutos el Eddie estaba encantado de estar con él porque ven que es un tío tan fan que al artista le mola.
Aquel día, estábamos también en el backstage, y estaba mirando a un tío y pensaba «coño, cómo me suena el careto ese». El tío me miraba y hacía un amago de saludarme... pero yo soy nefasto para las caras. Y era Chris Cornell, que incluso lo había entrevistado en Londres. Pues ya no lo conocía.
¿Y cómo es Chris Cornell?
Es un tío muy auténtico.
Trabajando en este mundillo te debes llevar muchas decepciones.
Yo hace tiempo que no admiro a cualquiera. Cuando ves a uno que va sobrado de ego, a mí personalmente me cuesta mucho trabajo creérmelo. Sé que no es verdad, sé que no es auténtico. Sé lo fácil que es tirarte el rollo y salir en la foto. Cuando ves a gente de esa que va de macrostar... Y he conocido a muchos, millones en el rock n’roll, a patadas. He conocido a algunos que son más folclóricos que la Rocío Jurado.
¿Qué opinas sobre grupos como Melon Diesel, que dicen estar influidos por Pearl Jam?
Melon Diesel son una copia tan cutre, tan ridícula... Yo siempre he dicho que debería haber una policía musical, que pidiera el carnet de identidad y dijera «está usted detenido por plagiar sin gracia».
¿Y respecto a los grupos que acaban vendiéndose?
Es muy difícil mantener el tipo comercial. Es mucho más fácil vender 3 mil discos y cantar un día una cosa y otro día otra.
En ese sentido, ¿qué papel juegan las emisoras comerciales?
La MTV es una empresa americana que ahora mismo lo que quiere es engañar a la gente joven, intentando que sean muy modernos y enrollados y vendiéndoles entre vídeo y vídeo el nuevo de Enrique Iglesias. Es algo ilegal. A la gente joven la vienen engañando todos los medios de comunicación desde hace muchísimo tiempo.
Me creo más los 40 Principales que la MTV porque ellos reconocen que van de lo que van, una radio adolescente y comercial. No engañan. En cambio, la MTV va de enrollada, de ser hippy de fin de semana y luego te mete en medio el anuncio de Kylie Minogue o de Enrique Iglesias. Hace 10 o 15 años sí que era una alternativa.
¿No se podrían considerar un engaño las listas de los 40 Principales?
Yo soy un tío que defiendo mucho los 40 Principales porque me parecen mucho más honestos que otros. En sus listas de éxitos, ellos realmente no hablan de ventas.
Yo os aseguro que si Pearl Jam sacan mañana un disco y le gusta a todo el mundo y es muy comercial, aunque el grupo no quiera, a éstos les va a interesar y será número 1 de los 40 Principales. Luego habrá el típico tarado que dice «pues como es número 1 de los 40 Principales ya no me gusta». Pues es tonto porque a lo mejor son igual de buenos que cuando no lo eran.
Volviendo a Pearl Jam, ¿quién crees que manda en el grupo?
Musicalmente, uno de los guitarras, Gossard. Aunque es difícil de decir, Jeff también podría ser. Pero luego el que da el careto es Eddie, es el que le gusta a las chicas. Porque quieras que no, en el pop hay esa connotación. Hay un tío que da el careto más que los demás. Y luego es un excelente cantante. Es muy difícil cantar rock con pasión y cantar bien. Es lo mas difícil. La verdad es que a mí, como banda de rock, Pearl Jam me parece una de las 4 bandas de los 90 con Soundgarden, Nirvana, Nine Inch Nails, tal vez también Smashing Pumpkins...
Por cierto, ¿que te pasó con Smashing Pumpkins en la época del Melon Collie?
Yo me lo estaba peleando lo de Smashing Pumpkins desde el principio. El tío de la compañía de discos en España era además amigo mío. Y cuando vinieron para lo de Melon Collie, como había sido su mayor éxito comercial, las compañías y las radios comerciales quisieron coger parte del pastel. Y yo le dije a mi amigo: «tío, ahora no me lo puedes quitar a mí y quiero que vayan a mi programa a tocar [por entonces, Paco Pérez Brián presentaba en Radio 3 el programa De 4 a 3], que es donde están los fans». Pero ganó el negocio. Luego, tres años después, vinieron a Los Conciertos de Radio 3.
¿Qué te parecería que Pearl Jam actuaran en tu programa?
Ya quisiera llevar a Pearl Jam a Los conciertos de Radio 3. Y si no van es porque no los puedo llevar, sinó ya los llevaría. Que si tengo que poner dinero de mi bolsillo, lo pongo.
La verdad es que el mundo de la música parece apasionante.
Cuando estás cerca de las verdaderas estrellas mola mucho. Lo malo es que estas bandas se van apagando. Menos los Rolling Stones. Cuando me deprimo me voy a ver a los Rolling. Y dices «no puede ser, y éstos todavía existen». Y tocan mejor que nadie. Son geniales.
Hay una ley que dice «las pretensiones son inversamente proporcionales a tu autenticidad y a tu éxito». Lo leí un día de un filósofo americano.
Si te fijas, los Stones ni han cantado con Pavarotti, ni han hecho conciertos benéficos, ni han dado el 0,7%.
Ahí Pearl Jam tienen una faceta muy importante.
Yo creo que ellos sólo se equivocaron cuando empezaron a decir que no hacían vídeos. Ahí se les fue la pelota. Es como Manu Chao. No puedes ir de freaky antiglobalización cuando encima de tu cabeza tienes 18 Varilights que están hechas en EEUU y que alquilar cada una vale trescientos papeles. No puedes estar engañando a los catorce mil que tienes allí abajo.
Me pareció poco oportuno y hay que tener cuidado. Si estás en una compañía como Epic y tú estás haciendo marketing de que no haces vídeos, es lo mismo, estás haciendo marketing igualmente.
En esa línea, ¿qué opinas de su polémica con Ticketmaster?
Ahí fue donde más se equivocaron. Si eres inteligente, si haces doce canciones buenas y le gustas en España a medio millón de personas que te compran el disco, puedes ir a luchar contra los 40 principales, pero ¿qué haces luchando contra eso?
Casi es mejor hacer una canción irónica que la gente la pueda captar.
Y realmente el tío llevaba razón con lo de Ticketmaster, son unos ladrones. Pero hacer marketing de eso... Pero me gustaban tanto musicalmente que eso se lo perdonaba.
¿Nunca has tenido problemas con las discográficas por poner grabaciones no autorizadas?
Sólo una vez, hace muchos años. Supertramp eran un grupo muy de moda, muy moderno, era lo más de aquella época. Yo pillé el disco. Y por la radio dije: «mañana lo pongo». Y me llamó el tío de la discográfica diciendo: «Paco, como lo pongas mañana, me haces una putada». Y al día siguiente, empecé el programa y se lo puse. Y me tuvieron cortado el saludo un año.
¿Te consideras un tío radical?
Soy bastante radical. En otras cosas no, pero en la música sí. Además tengo un problema, que de la música española no me gusta casi nada. Soporto muy pocas cosas porque no me creo casi nada. Por ejemplo, Dover son una buena banda de rock, pero lo que hacen es copiar.
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